Leocadio
Ccaccya Enciso.
Los comentarios racistas contra Magaly Solier,
en la página web del diario Perú 21, son los rezagos de una idea
segregacionista de nuestra sociedad, que data desde la época colonial. En este
hecho, Solier, ante la pregunta:
¿De qué
manera cambió tu vida la maternidad? ¿No aceptarías hacer determinados roles en
las películas luego de ser madre?
Declaró lo siguiente:
Foto www trome.pe |
Muy a pesar de que el diario dice en su página web:
“Peru21.pe se reserva el derecho a eliminar los comentarios que se consideren
fuera de lugar y/o que puedan atentar contra las políticas internas de la
empresa, sin necesidad de comunicación previa al usuario”, Perú 21.pe no
consideró como comentarios fuera de lugar, ni consideró que atentaba contra las
políticas internas de la empresa y permitió que se hiciera público las siguientes
y otras frases:
“¿Y qué
tienes para mostrar? Wanaca porque no te regresas a tu tribu a rascar la
tierra.”
“A nadie le interesa ver un cuy caviar (sic) desnudo.”
“A nadie le interesa ver un cuy caviar (sic) desnudo.”
“La chica
que ayuda en la casa está más ricotona que esta llama flaca. Arranca atorrante,
quién va a querer verte calata??? Fuira pedorra”
“Jajaja que repugnante ver a una auquénida
metamorfoceada (sic) calata!!!”
Estas frases hacen recordar cuando el papá de una
candidata presidencial dijo “auquénido de Harvard” a un competidor al sillón
presidencial.
Los que nacimos en una Comunidad Campesina andina,
los que hablamos quechua, los que tenemos
un apellido quechua y que nuestros ascendientes hasta la década de los 60
tuvieron que ir como semaneros por turnos, durante una semana, como sirvientes
de los qalas o mistis, hemos
aprendido a vivir marginados social y culturalmente por algunos sectores de la
sociedad y no tenemos porqué ruborizarnos
por un trato racista de los hijos y/o nietos de quienes creían en la
“inferioridad natural” de los indígenas, además aseguraban que "era perder tiempo y dinero intentar redimirlo a través de la educación o cualquier otro programa social" y según ellos, la solución era "el mestizaje biológico a partir del cruzamiento con razas superiores europeas."
Foto de www omni-bus.com |
A decir de
Nelson Manrique1 el sentido común racista antiindígena era
ampliamente aceptado en el Perú de la primera mitad del siglo XX, lo que llama
la atención es que, según Manrique, “estas ideas racistas no estaban
circunscritas a los sectores más retrógrados de la sociedad peruana. En sus
diversas variantes formaba parte del sentido común incluso de los intelectuales
progresistas”.
Irónicamente los supuestos “naturalmente
superiores” (en contraposición a la inferioridad natural) para explicar la
contradicción evidente con lo que fue el desarrollo del imperio Inca, por
cuanto no era coherente que unos seres de “inferioridad natural” hubieran
construido la sociedad inca, apelaron al argumento de que los incas eran de una
raza distinta de los indios.
Nuestros “naturalmente superiores” creían que la
solución al “problema del indio” era el mestizaje biológico a partir del
cruzamiento con razas superiores europeas, con ese razonamiento hasta
promovieron la importación de población europea. Sebastián Lorente fue uno de
los que “estaba convencido de que la superioridad racial europea iba acompañada
de una mayor potencia genésica, que terminaría por blanquear definitivamente al
Perú en unas cuantas generaciones”.
Foto lamula.pe |
En el siglo pasado, a nuestros ascendientes, se
consideraba una raza de capacidad intelectual inferior; así, para Francisco
García Calderón, otro ideólogo de inicios del siglo XX “la combinación de las
contradicciones históricas y naturales hicieron de los indígenas una raza
inferior, cuya capacidad intelectual era cada vez menor, a medida que se
avanzaba de la costa hacia la selva amazónica, donde imperaba el salvajismo y
subsistía aún el canibalismo.
Esta corriente de pensamiento llegó incluso a ser
una política de gobierno, en donde se consideraba que la educación de nuestros
ancestros equivalía a perder tiempo y dinero, y acaso no lo siga siendo hasta
ahora. Según Nelson Manrique, Alejandro O. Deustua fue “uno de los hombres que
mayor influencia ha tenido en la formación del sistema educativo peruano.
Deustua, conspicuo militante civilista, fue diplomático, senador, jefe de
diversas misiones enviadas a estudiar los modernos sistemas de enseñanza en el
extranjero, ministro de Justicia, director de la Biblioteca Nacional y rector
de la Universidad San Marcos. Para él, el indio era racialmente inferior, y era
perder tiempo y dinero intentar redimirlo a través de la educación o cualquier
otro programa social que olvidara que el fundamento de su condición deprimida
eran las leyes de la naturaleza, según las cuales la raza indígena había
llegado a su decadencia definitiva”.
Hasta nuestro referente José María Arguedas en la
década de los 50, a decir de Manrique, “en sus estudios sobre la comunidad del
Valle del Mantaro, sostiene que la solución de los problemas de la población
indígena pasaba por su desaparición como tal a través del mestizaje, entendido
como desindigenización”.
Con una corriente de pensamiento enquistada como lo
descrito arriba, se explica el trato racista de quienes aún no se desprenden de
las taras del siglo pasado. Yo no me acomplejo con los tratos racistas, que de
manera asolapada se da, ni con aquellos que ridiculizan o denigran nuestro quechua,
nuestra música, nuestra vestimenta, y nuestras costumbres, en buena cuenta el
racismo es un lastre ya superado, el hecho de que nos comparen con los auquénidos
nada tiene de real, lo real es que el Perú es una sociedad con sectores de
población que se acomplejan de nosotros, aquellos tendrán que aceptar la
realidad: el Perú es un país pluricultural. En todo caso, la pregunta es, ¿quiénes son inferiores?, ¿quiénes
necesitan actualizar su visión de la humanidad en pleno siglo XXI?
(1)
Todas las
citas de este escrito son de: MANRIQUE GÁLVEZ, Nelson “Enciclopedia Temática del Perú” Tomo 8, Editora El Comercio, Lima
2006, Págs. 16 al 32.
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