Leocadio Ccaccya Enciso
Protesta por modificación arbitraria del EIA |
Los que argumentan, como el premier Cateriano, que los 10
mil millones de dólares en inversión están en juego, dejan entender que el fin
supremo de la sociedad es el dinero. La vida de unos campesinos es menos que
uno de esos dólares. El Estado, en esa lógica, debe velar por proteger los intereses
económicos, aún a costa de vidas humanas. Quienes están en el poder, en lugar
de ordenar a las fuerzas policiales y militares a proteger a la sociedad, ordenan proteger los intereses económicos
de las mineras.
Ministros sonrientes con los alcaldes, tras la tragedia. |
Orden, vociferan. Mano dura a los "terroristas antimineros" es
la consigna. En el fondo, lo que quieren es la sumisión. El poder económico, con
su guardián de turno, quiere que los comuneros de Challhuahuacho se agachen cuando
el consorcio MMG Limited arbitrariamente desacata los acuerdos del Estudio de
Impacto Ambiental (EIA) al imponer la construcción de una planta de molibdeno,
una planta de filtros y un almacén de concentrados en la cabecera de la cuenca
del rio Challhuahuacho cuando el acuerdo era construir en Espinar. Quiere que se
arrodillen cuando deciden no construir un mineroducto. En Cotabambas no hubo protesta
sino, hasta enterarse de la construcción de estas plantas. La población no
reclamó hasta enterarse que los minerales se transportarían por superficie
(carretera), en camiones y no por un mineroducto.
Decir que los comuneros se oponen al desarrollo es una
falsedad. Las Bambas era un ejemplo de la ejecución de un proyecto minero en
armonía con las comunidades, los cotabambinos tácitamente enarbolaban: Las Bambas si
va, hasta que el consorcio modificó el EIA. El poder económico, con su ideal
mercantilista, asumió que todo se puede comprar y vender. Creyeron que con
adelantar unos millones por concepto de canon, también habían comprado la
dignidad de un pueblo. Tantearon que construyendo algunas obras sociales tenían el derecho a hacer otra cosa, en lugar de lo establecido en el EIA.
Consecuencias de la represión. |
La historia se repite. Desde marzo los comuneros solicitaron
una explicación. No hubo respuesta. Luego de ningunear durante meses, como en
Bagua, en Conga y Tía María la respuesta fue con balas. En estos casos, la
política demostrada del gobierno, es imponer a la fuerza, es doblegar con
balas. El diálogo viene sobre los
muertos.
En Cotabambas, el diálogo será solo con los alcaldes
alineados al poder económico y no con todos los representantes de la sociedad civil. Los responsables
de los muertos quedarán impunes. Para la tribuna se prometerá una “investigación”.
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